viernes, 23 de julio de 2010

De mudanza

El dueño de la finca, muy educado, cada día saludaba al artista, hola hola, antes de avisarle algo que ya sabía; tenía que recoger sus muebles y marcharse de la casa. Esto de la crisis estaba haciendo estragos entre la gente como él, poco adaptado al trabajo fijo. Por fin se marchó de la vivienda dejando sus muebles como compensación a los cuatro meses de alquiler que dejó sin pagar.
El dueño del terreno donde plantó sus nuevos muebles, muy educado, a cada momento le saludaba, ola ola, dándole a entender que en cualquier momento podría arrasar con sus escasos muebles. Pero el artista seguía trabajando como si nada le importara.

0 comentarios:

Publicar un comentario