sábado, 21 de enero de 2012

Quisiera adivinar entre las letras de tus escritos tus otros sentimientos, tus otros pensamientos, los que no me explicas, los que callas o compartes con otras personas que no soy yo. No sé en realidad para qué, pero creo que de ese modo podría entenderte mejor y estar un poco más tranquila.Me tienes un poco desasosegada.

sábado, 22 de octubre de 2011

Escribir me ayuda a vivir.
Vivir es fácil: comes un poco, te aseas un poco, tomas el aire un poco, haces alguna cosa y... ya está; puedes seguir viviendo. Es fácil. Pero hay ocasiones en las que seguir viviendo cuesta. Se cuesta arriba. Es en esos momentos, en esas ocasiones en las yo necesito escribir para seguir viviendo, para sentir que la vida está a mi favor, para saber que merece la pena seguir.
Escribir para mi es como tomar una bocanada de aire fresco, como abrir la ventana en una mañana de mayo, o de cualquier mes. Al escribir echo fuera pensamientos que me ensombrecen y me amargan. Escribiendo descubro mi interior, mis pensamientos mas escondidos, los que me hacen daño. Escribir me lleva de viaje, inventa compañeros de viaje, comparte itinerarios con otros viajeros.
Escribir es como vivir dos veces, infinitas veces

sábado, 8 de octubre de 2011

¿Qué nos empuja a escribir?
Yo sólo sé mi respuesta:
Qué es lo que me empuja a mí.

viernes, 7 de octubre de 2011

Esto de no seguir los caminos ya andados por otros es lo que tiene. Que te tienes que inventar la vida constantemente y eso no es fácil.
Pero inventar la vida te tiene en movimiento, con el pensamiento siempre alerta, con la buena intención andando pasos que no sabes dónde van, con la ilusión abierta como ventanas en primavera.
A veces, el sentimiento se enreda en sí mismo.
Guardemos la confianza en nosotros mismos.
Cambiemos, pero sigamos siendo los mismos.
Olvidemos el miedo, ese que nos asusta y nos coarta.
Vivamos como la hoja en otoño; sin planes ni fines.
Vivamos, vivamos sin prisa, sin miedo, con alegría.
Inventemos la alegría. Está, como todo, dentro de nosotros.

sábado, 10 de septiembre de 2011

De mi libro de poemas «El eco del silencio»

Escondo en el silencio mi tristeza.
No sé decir palabras malsonantes.
Es mejor el silencio que el insulto,
pero a veces se me pudren por dentro
las palabras no dichas,
las palabras calladas.
La memoria me trae otros silencios,
otros momentos mudos.
Ya no sé, no puedo recordarlo,
el último momento de palabras.
Ya lo tengo olvidado.
Doy rodeos con palabras absurdas.
Comento cosas de ninguna importancia
y todo para seguir en el silencio,
para no decir nada.
El silencio es mi viejo compañero.
No sé por qué se esconde tras mi boca.
Ese silencio; ¿dice que estoy loca?

sábado, 27 de agosto de 2011

¿Qué se puede hacer cuando no sabes qué hacer? ¡Cómo ayudar a alguien a quien quieres si no sabes cómo?

jueves, 25 de agosto de 2011

Nacer en una casa con canciones, con música diaria y alegría, debe ser el motivo por el que toda la familia, los hermanos en pleno, estamos siempre dispuestos a cantar y a bailar. Cierto es que la vida va pasando y va disminuyendo nuestras facultades, pero siempre nos quedan las suficientes para entonar los himnos que nos unen y nos dan fuerzas.
Es una suerte tener estos hermanos. Por todos ellos levanto mi copa y mis canciones. A todos ellos, gracias.